“Alma inmortal, ¿dónde estás?” preguntó Vesalio, haciendo resonar aquellas palabras en el silencio de su actividad nocturna. ¿Pudiera estar dentro del órgano con forma de camarón que estaba enclavado junto a la gruesa vena central? No, había dos de esos. ¿Pudiera haber dos Almas en un cuerpo? Tuvo la visión de que el cuerpo era un árbol; las venas y arterias de extraordinaria belleza se extendían como ramas, mientras las raíces y zarcillos temblaban llenos de vida. Así decidió documentarlo. Sostuvo los órganos curvos, uno en cada mano, sintiendo su resonancia, la piel viscosa manchada de sangre, como cubiertas de salchichas. Oyó y sintió las voces que subían por sus brazos, estremeciendo sus venas, pero el Alma era escurridiza. Ella revoloteaba en sus sueños y bailaba delante de él, evadiéndolo en cada vuelta, al tiempo que sus pies taconeaban los adoquines de Bruselas, Lovaina, París, Padua, Venecia...”.
Mi dulce curiosidad, novela de Amanda Hale
Traducción de Patricia Schaefer Röder
2017 Ediciones Scriba NYC
ISBN 978-0-9845727-7-9
Ganadora del Primer Premio en Traducción de Novela de Ficción en los ILBA 2019
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