“...El patólogo retiró la sábana. Era un hombre. Talya vio todo en un abrir y cerrar de
ojos: genitales encogidos, lesión en el cuello, cara ennegrecida, pelo
enmarañado en el pecho pálido, tonalidad
cerosa alrededor de la media luna de las uñas. Miró al patólogo, quien asintió. Talya
deslizó el escalpelo en el lugar blando debajo de la caja torácica y lo
haló hacia abajo, hasta el hueso púbico. Su brazo bueno. Tan
fácil. Era como deslizarse por el agua; el cuerpo generoso se abría solo para revelar sus órganos
magullados...”.
Mi dulce
curiosidad, novela de Amanda Hale
Traducción de Patricia Schaefer Röder
2017 Ediciones Scriba NYC
ISBN 978-0-9845727-7-9
Ganadora del Primer Premio en Traducción de Novela de Ficción en los ILBA 2019
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